OLULA DEL RÍO
Comarca

“A vuelta con los fuegos de Laroya”


Siempre quise saber algo más del fenómeno del verano de 1.945 ocurrido en Laroya. Faltaban aún cuatro años para que yo naciera cuando aconteció este singular hecho. A partir de cierta edad fue una constante en mi vida mientras viví en el pueblo. Se hablaba furtivamente del suceso como algo que había que esconder y que quedó grabado a sangre y fuego (nunca mejor dicho) en la conciencia colectiva de todos mis paisanos. No había acontecimiento social: boda, bautizo, funeral, fiestas, juegos… en que la conversación no derivara en este asunto aún estando todos advertidos de que podríamos incurrir en grave delito porque estaba prohibido expresamente abordar lo sucedido. Mi familia por parte de madre, (Los Silverios), protagonizó en cierto modo todo lo que iba aconteciendo. Digo esto porque en aquel entonces el Alcalde de mi pueblo era mi tío abuelo Luis Silverio Sánchez, hermano de mi abuelo materno como he dicho. Esto hacía que mi familia tuviera noticias de preveligio, eso si, con el compromiso ineludible de no comunicar a nadie bajo ningún concepto lo que les llegaba del familiar que por aquellos entonces regía los destinos de la villa.
Ciertos aspectos, los más comprometidos, no trascendieron incluso a los hermanos del alcalde. Obligaron a este bajo juramento y so pena de males mayores para su integridad personal a que no revelara a nadie lo que estaba sucediendo en La Sierra de los Filabres. Creo que mi abuelo y el resto de sus hermanos fueron partícipes de parte del “gran secreto” que nunca desvelaron para no poner en peligro la vida de su hermano alcalde.
Pero hete aquí, que a raíz de lo sucedido empezaron a fluir falsas interpretaciones de todo lo sucedido:
Alguien mandado por no se sabe quien (se presupone que la propia administración), para tranquilizar a la alarmada población y justificar el fenómeno, derramó furtivamente petróleo para justificar un fenómeno injustificable como demostró la Guardia Civil. Otra versión, más verosímil, nos la dio hace unos meses la paisana y escritora Araceli Sobrino cuya familia fue aparcera de mi tío-abuelo en uno de los cortijos donde se manifestó el fenómeno: “La Fuente del Saltz”. Araceli no había nacido aún. Es más joven que yo, pero sus padres ocuparon el cortijo. Ella ha vuelto repetidas veces movida por la añoranza de sus vivencias posteriores en los Filabres y otras veces tratando de buscar el motivo que originó hacer famoso en toda España los sucesos que le antecedieron. El grueso de su estudio se basa en que esta zona estuvo ocupada por un volcán. Se trata de un paraje conocido hoy como “Piedras Negras”. La extensión del paraje en cuestión lo forma una extensión de terreno en la parte más alta del pliegue de la montaña donde la pendiente se suaviza, y forma, lo que podríamos llamar una explanada de algo menos de un kilómetro cuadrado. Siguiendo ladera abajo a unos mil metros se ubica el cortijo “La Fuente del Saltz”, y otro kilómetro en dirección Este encontramos el “Cortijo Pitango”, ambos en la parte baja de la hipotética caldera del volcán. Araceli piensa que bajo el supuesto volcán se formó un acuífero subterráneo que aflora hasta hoy día con manantiales naturales utilizados en otros tiempos para regar las feraces huertas del lugar.
Araceli Sobrino basa su teoría en que las combustiones tuvieron un origen natural fruto de las emanaciones de gases del propio acuífero. Un terremoto o una secuencia continuada de ellos, pudo generar movimientos tectónicos que favorecieran el escape de gases en suficiente cantidad para que unidos a las condiciones climáticas: verano, calor, pastos secos, cereales a punto de trillar…pudieron convertirse en combustible perfecto. ¿Cómo se explicarían los fuegos dentro del “Cortijo Pitango”? Sencillo -dice Araceli- “el suelo de estos cortijos era de tierra compactada, las paredes de piedra y barro, los techos de maderos y cañas trenzadas y cubierta de teja “mora”, nada que el gas no pudiera traspasar, aunque lo más probable es, que brotara del suelo.  
                 Y se pregunta: ¿A caso no es la mejor muestra de que el fuego se producía por alguna emanación del interior de la tierra?”
Por otro lado y como ya escribí en la crónica “Enigmas de los fuegos de Laroya” se achacaba el fenómeno a la maldición del moro Jamá al pueblo y a sus gentes al ser víctima de en esta villa de la persecución de la Santa Inquisición y condenado a la hoguera por hereje al renunciar a la Cruz y elogiar a Mahoma allá por el año 1.561.
Y como sigo buscando información, acabo de encontrar en un libro titulado “Enigmas Pendientes” de Francisco Contreras Gil que al entrevistar a vecinos de Laroya que aseguraban en este trance haber visto en el cielo unos seres antropomorfos sobrevolando los cielos del pueblo mientras se quemaban sus cortijos. ¿Qué serían estos seres con forma humanoide que veían en los cielos envueltos en llamas misteriosas? ¿Serían ellos los causantes de aquellos brotes ígneos?
Lo curioso es que estos seres no se alejan mucho de un culto arcaico que existía en esta zona de la Sierra de los Filabres. Según cuenta Carlos Chevalier tras investigar y documentarse profundamente todas las leyendas y mitos de la zona, encontró que en época de los cartagineses rendían culto a los Refes, que venían a ser una especie de seres alados dotados de la capacidad de emprender vuelo y que se encontraban habitualmente rodeados de fuego. Esta divinidad vivía, según los cartagineses, en las minas situadas en la Sierra de Los Filabres, donde se encontraría en la actualidad Laroya. Además representaba ese lado oscuro que presenta el ser humano en muchas ocasiones, confiriéndole un carácter un tanto demoníaco. Recordemos que no lejos del lugar se encuentra el llamado “Barranco del Infierno” donde se han hecho muchas alusiones en el avistamiento, hasta en la actualidad, de luces misteriosas de origen desconocido. 
Chevalier también documenta que mientras sucedía la ocupación romana y al representar ese lado oscuro que posee el ser humano, estos seres decidían arrasar con llamas la zona con esos fuegos misteriosos antes de ser disfrutados por el invasor romano.

¿Sería Laroya un lugar donde se han producido un conjunto de anatemas a lo largo del tiempo?

¿Se conocerá algún día la procedencia del fuego sobrenatural de Laroya?

El misterio continúa…



Juan Sánchez-MAYO-2.015
Laroya y el fuego sobrenatural (Almería) fue noticia en los años 40 debido a unos extraños acontecimientos ocurridos y que quemaban los cortijos.
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