OLULA DEL RÍO
                                                Comarca

• “MUERTE Y DESTRUCCIÓN EN LA COMARCA”
• RIADA DE 1.973

Ahí lo tienes. Parece inofensivo y que nunca rompió un plato. Es el río Almanzora. Sumiso e inocente pero peligroso. La memoria colectiva de las personas de este valle saben que es un gigante dormido. Que no nos podemos fiar de él. Es verdad que normalmente siembra de vida ambos márgenes desde Hijate hasta Villaricos. Pero es traicionero y asino. La historia escrita refleja los muchos desastres que ha provocado a los vecinos del valle por el que discurre. No vamos a hacer una crónica alejada en la noche del tiempo. Lo que aquí contamos sucedió hace sólo 42 años y fuimos testigos de una tragedia inmensurable que nos cayó del cielo y que arruinó y asesinó a no pocas personas de nuestro valle.
Aquel otoño de 1.973, nuestros vecinos vivieron las 36 horas más largas y fatídicas que jamás olvidarán.
Era viernes, fin de semana, 19 de octubre de 1.973. Los vecinos del Valle del Almanzora, miraban con esperanza el cielo después de un seco verano. Se esperaba con ansias las primeras lluvias del otoño. ¡Y vaya si llegaron! El cielo descargó como nunca cántaros y cántaros de agua, una lluvia torrencial como jamás se había presentado en la zona. Era como si todas las precipitaciones de muchos años se descargaran en un instante. Lo siguiente, ya fue el caos.
Cuando comenzaron las lluvias torrenciales, el agua bajaba de los montes de forma rápida, sin apenas obstáculos pues la escasez de vegetación no fue capaz de retener tanta agua. Arrastraba areniscas y rocas de diversos tamaños que terminaron llenando barrancos y torrenteras. Conforme aumentaba el ímpetu de la lluvia, mayor era la acumulación de agua, mayores eran los materiales de arrastre. Barrancos, arroyos, torrenteras terminaban por confluir a cauces de mayor tamaño denominados “ramblas” que a su vez todas confluían en el Almanzora. El río con tanto aporte se había convertido en una verdadera máquina de destrucción que arrastraba todo lo que encontraba a su paso.
Más de 20 municipios del Almanzora se vieron afectados, sobre una población de 65.000 personas. Las lluvias fueron tan intensas que en algunos puntos las aguas rebasaron los 15 metros de altura, dando cuenta de la magnitud de la catástrofe.
Tuvimos que lamentar la pérdida de 10 víctimas humanas en pueblos como Macael o Zurgena, así como bastantes heridos de diversa consideración. Cuantiosas pérdidas en agricultura, con pérdidas de arbolado, cosechas, desaparición de pagos literalmente arrastrados al mar y más de 8.000 cadáveres de granja.
Los daños en edificaciones fueron numerosos. Además de las casas y cortijos próximos al río desaparecieron. Albox y Zurgena fueron dos de los municipios más seriamente afectados.
En Albox, hubieron grandes derrumbamientos y toneladas y toneladas de barro y otros materiales inundaban sus calles. Aquí no fue culpable el río Almanzora sino la Rambla desbordada que atraviesa esta localidad.
Zurgena quedó destruida en un 50 por ciento.
Sin teléfonos, redes de alcantarillado destruidas, carencia de agua potable y suministro eléctrico, quedaron totalmente destruidas. El caos se iba apoderando de la zona. La imposibilidad de acceder de unas localidades a otras por la catástrofe, hacía más trágica la situación si cabe.
A la mañana siguiente se dispuso del suministro de alimentos y medicinas mediante helicópteros.
Pero el problema más urgente fue el suministro de agua potable para consumo humano y evitar focos de epidemias, por lo que se establecieron vacunaciones masivas de la población del río.
La lluvia torrencial, como jamás conocieron los más viejos, dejó en pura anécdota la riada de 1.924.
Gran cantidad de familias no paraban de llorar, de pedir socorro y ayuda porque lo habían perdido todo. 
En Cantoria, fueron avisados todos los propietarios que se encontraban en cortijos próximos al río refugiándose en la Iglesia Arciprestal y en la Ermita de los Patronos.
Incomunicados, sin luz y a oscuras, sin teléfono ni telégrafo, sin agua potable (problema que se solucionó varios días más tarde) -es para olvidar- decía una persona afectada.
Los medios de comunicación de la época se hacían eco de la tragedia: periódicos, radios y la Televisión Española y de otros países.
Técnicos de la Delegación Provincial de Agricultura desplazados al Valle estimaron las pérdidas en tierras y cultivos en alrededor de los 2.500 millones de pesetas. El sonido de los helicópteros se hacía notar continuamente en los cielos de la Cuenca del Almanzora. El Ministro de Vivienda, Gobernador Civil, Presidente de la Diputación, Delegados de Agricultura y Trabajo, visitaban la zona afectada transmitiendo el mensaje firme por parte del Gobierno para facilitar la pronta recuperación de las localidades afectadas por las inundaciones.

                            Medidas adoptadas por el Gobierno
• Aprobar un Decreto Ley de Hacienda, que facultaba al Gobierno para suspender la exención de Tributos pendientes y aplazar pagos a los afectados.
• Se aprobó una línea de crédito oficial de 2.000 millones de pesetas, que permitiera a lo largo de 10 años y tres de carencia, disponer de recursos para la recuperación de las actividades.
• El Ministerio de Agricultura apruebó la recuperación de caminos, cauces de arroyos, etc. con la disposición total de maquinaria de obra y más de 140 camiones basculantes.
• La línea ferroviaria Guadix-Murcia, interrumpida en 22 puntos, comienzó a restablecerse.
• Se trabajó con toda intensidad en la reconstrucción de carreteras y puentes.
• El Ministerio de Trabajo concedió subvenciones para combatir el paro forzoso en las zonas afectadas con un montante de 10.000.000 de pesetas con cargo a los fondos de empleo comunitario.
• Se otorgaron moratorias para el pago de cuotas individuales de los trabajadores; aplazamientos y fraccionamientos del pago de las cuotas de empresas y trabajadores a la Seguridad Social.
• Vivienda apruebó el envío urgente de 486 albergues. El Instituto Nacional de la Vivienda autorizó la puesta en servicio de 586 alojamientos provisionales y se iniciaron los expedientes para la construcción de las viviendas definitivas, que puedían cifrarse en cerca de 1.000.
• El Banco Central presidido por el murciano de Águilas Don Alfonso Escámez presidió una reunión en el Parador Reyes Católicos de Mojácar para establecer una línea de crédito especial a los damnificados los cuales podían disponer de un montante de 500 millones de pesetas durante cinco años al mismo interés de coste que para el banco. La entidad bancaria no percibió beneficio alguno. Su objetivo era claro: ayudar a todos los damnificados.
• “Radio Marbella” animaba a las familias malagueñas a albergar niños de nuestra Comarca damnificada. Respuesta rápida. Familias de Málaga y provincia acogieron a niños almerienses en sus hogares en plena igualdad de trato que la de sus hijos hasta que se normalizaron las circunstancias de las zonas afectadas o hasta que los padres de los niños acogidos lo consideraron oportuno.
• El Papa Pablo VI desde el Vaticano, se sumó al dolor de familiares y víctimas y ofreció sufragio por el eterno descanso de los fallecidos en un telegrama enviado al Obispo de Almería.

A pesar de las ayudas recibidas, la gravedad de la catástrofe queda imborrable aún hoy en día en las mentes de los habitantes del Río Almanzora. La desagradable experiencia no es fácil de olvidar, a pesar de que la Comarca poco a poco fue recuperando la normalidad. La visita de los entonces Príncipes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía contribuyó a difundir un mensaje de aliento y esperanza a los vecinos de la zona. Ambos se mostraron interesados por todos los detalles de la catástrofe, visiblemente afectados por la emoción, escuchaban súplicas de todos los que se reunieron a recibirles, con el deseo de que se resolviesen todos los problemas con la mayor rapidez y animando a las gentes a seguir adelante.
Hoy el Río Almanzora y la Rambla de Albox continúan siendo signos visibles de grave inundación.
Es cierto, que cuando ocurren catástrofes de esta magnitud, la Naturaleza nos avisa de que algo no está funcionando correctamente. Conviene recordar a todos, la importancia de no edificar en las proximidades de los márgenes del Río o Rambla y de la importancia que tienen los bosques, no sólo para frenar el avance del desierto sino también como agente que frena y mitiga el efecto de las lluvias torrenciales sobre los montes, permitiendo que las raíces de los árboles sujeten el terreno y no se desprenda ante lluvias torrenciales.
Cuidemos nuestro entorno y exijamos su regeneración a las autoridades competentes. Seguimos estando expuestos a nuevas avenidas pues nada se ha hecho al respecto: es más, la especulación del suelo de los últimos tiempos puede llevarnos a catástrofes más peligrosas por la inconsciencia de muchos alcaldes locales que han permitido edificar en lugares claramente inundables. Un puñado de euros, frutos amargos, que han llevado el nombre de la Comarca a los periódicos europeos aconsejando que el “Paraíso del Almanzora” está políticamente podrido (en muchos casos) y no es aconsejable venir a (vivir) morir en el Edén.


Juan Sánchez-ABRIL-“.015