jueves, 22 de enero de 2015

"UN CARRETILLERO EN MADRID" (REEDICIÓN)

                                                          OLULA DEL RÍO
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                                     “Un carretillero en Madrid” (REEDICIÓN)


AUTOR:Guillermo Requena.
ARREGLOS: Juan Sánchez.

Oigo las campanas. Me visto. Lleno el “talín”. Escucho voces y carretillas. Salgo a la calle y llego a la Plaza de los Bancos. No reconozco a nadie. Veo a San Sebastian, majestuoso, en el centro de la Plaza, no me atrevo a abrir el “talín”, siento algo de timidez. Retrocedo y me voy a una esquina.
Me decido. Saco una docena y las tiro de una en una. Tiro alguna más, me acerco a San Sebastian. Me ofrecen un trago que acepto de buen grado. Tiro un par de docenas para halagar al Santo. Lo rodeo de fuego por todas partes (es ignifugo, ya se sabe). Marchamos en Procesión hacia el Cuartel Viejo. El olor a pólvora ya ha invadido mis pulmones, ya soy inmune para toda la noche. Ahora la psique está por encima de lo físico. Mi sangre lleva pólvora, mis ojos llevan pólvora, mis manos con pólvora y todo a mí alrededor es pólvora, fuego y alcohol. ¡¡¡Pero que nadie ose ofender al jefe, San Sebastian !!!. Es nuestro tótem, es nuestro jefe y la fiesta es por y para Él.
Hemos llegado a la Calle Pablo Iglesias, la humareda me da seguridad; ya me siento totalmente integrado. En la Plaza Don Pedro mis manos lanzan ya carretillas a docenas, los talines arden, me dan fuego y doy fuego, nadie habla: calor, humo, luces zigzagueantes y multicolores ¡¡Hemos llegado al éxtasis!!. Estamos poseídos. El espectáculo dantesco no es de este mundo. ¡¡¡Qué felicidad !!! Alucino y pongo la mano sobre la pared para tomar conciencia de que esto es real, ¡y lo es!
En las Cuatro Esquinas, más y más docenas; y otra vez en la Plaza de los Bancos. Ya voy a cara descubierta. Último aquelarre de la noche. Dentro de la euforia quemo a mi amigo Evaristo por la espalda mientras él reparte el vino. Esto ha sido lo más desagradable de la noche. Como acto de contricción y para redimir mi descuido quemo el “talín” que es lo último y sólo en caso de vida o muerte puede hacer eso un buen carretillero.¡¡El daño está saldado!!


Guillermo REQUENA- Madrid.
Juan SÁNCHEZ-Olula del Río-2.014


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