OLULA DEL RÍO
Comarca

COMARCA:
“Métodos para curar las Verrugas”

DEL LIBRO: “Medicina Popular en Almería”
DEL DOCTOR: José Antonio García Ramos.


Introito:
Las verrugas son tumores de la piel causados por la infección provocada por el virus humano papiloma.
Son frecuentes en la infancia y en la adolescencia y se contagian con facilidad.
Su origen parece proceder de contar estrellas. Si en una noche de luna se van contando estrellas y a la vez te pellizcas cualquier parte del cuerpo, te saldrán tantas verrugas como lugares pellizcados
Para su curación, como en todas las medicinas populares se puede recurrir a procedimientos mágicos, terapia vegetal rezos y ensalmos…etc.
Se puede recurrir al curandero aunque también hay métodos que no requieren de su presencia. En ocasiones se necesita para curar el concurso de una tercera persona que puede no ser necesariamente un curandero. Pero hay veces que las verrugas se resisten a ser curadas y se dice que “las brujas no están en racha” (Taberno).
Exento de toda magia sería el procedimiento que consiste en atar un hilo de seda fuertemente a la base de la verruga; esto le hace “secarse” y acaba por caerse.
Frotando las verrugas con una manzana partida que posteriormente se deje secar en un lugar oculto y apartado, ocurre que si a los veinte días la manzana se ha secado, las verrugas también se secarán (Macael).
Orinarse con asiduidad sobre las propias verrugas las hace secar, y pronto se caen. El mismo efecto puede tener la propia saliva aplicada con el dedo sobre la verruga durante nueve días seguidos.
Checa Molina (1.977) describe la curación de las verrugas en Albox. Un paciente afecto de unas verrugas en las rodillas y en las manos acude a la curandera. Ésta afirma que son muy gordas y están muy arraigadas y por ello son difíciles de curar. Las trata con oraciones y aplicando saliva en ayunas nueve mañanas seguidas. Al cabo de una semana, las verrugas comienzan a secarse.
Se conoce por “cortar” las verrugas a la cura de las mismas echando sobre ellas “lechitezna”. En verano hay que cortar un tallo de esta planta y exprimir el líquido pegajoso que destila esta planta y aplicarlo sobre la afección, estas desaparecen.
La “leche” o sea el látex de la adelfa se aplica también varias veces sobre la verruga para que desaparezca, la condición es que el látex ha de cogerse la “mañana de San Juan” porque ese día pierde el carácter venenoso y sólo así “tendría esa gracia”. Así no se necesita la intervención del curandero.
La “leche de higuera” o flujo blanquecino que fluye de sus hojas o por el pezón de los higos verdes se emplea localmente contra las verrugas para quemarlas.
El sujeto afecto a las verrugas ha de visitar al curandero que se quedará con su nombre escrito en un papel. El día de San Juan, el enfermo esperará a que salga el sol y se dirigirá a una planta llamada “boja entina” que previamente haya sido seleccionada. Con una caña rajá golpeará con fuerza la boja. Cuando la boja se seque, las verrugas desaparecerán.
Hay determinadas personas que tienen “gracia” para “cortar” las verrugas mediante determinadas ceremonias: se coge un caracol y se restriega su “moco” por las verrugas del enfermo, tras lo cual éste y el “curador” (Filabres-Tahal) en solitario se suben a un cerro secreto para las demás personas. Una vez allí, el curador oculta el caracol en un hueco, debajo de una piedra o en un lugar que él solo conoce. Cuando el caracol se seca, también se secan las verrugas del enfermo (Tahal).
En Tahal también tienen otro procedimiento: “La persona con “gracia” cuenta las verrugas del enfermo y yéndose a un lugar secreto, esconde en un “bujero” tantas hojas de olivo como verrugas tiene el enfermo. Cuando se secan esas hojas, las verrugas se caen.
Otro procedimiento consiste en poner al enfermo sobre una “cieca” (acequía) y éste, va contando las verrugas a la vez que echa un grano de trigo a la “cieca” por cada verruga que tiene.
En Taberno para curar las verrugas de las manos se frotan con una lagartija viva hasta que salga sangre. También en Taberno se lavan la parte afectada con agua bendita en un lugar donde no se haya estado nunca y además de las verrugas desaparecen los “ojo-pollos”. Aún hay otros muchos procesos para sanar enfermos de verrugas pero que harían demasido larga esta crónica. Si quieres ilustrarte en la “Medicina Popular de Almería” lee el libro de este mismo título que nuestro amigo y doctor José Antonio García Ramos se ha molestado en recopilar.



Juan Sánchez-MARZO-2.016